Entre octubre y noviembre de este año, celebramos la Jornada de Inicio de Año (JIA) en tres comunidades de CL Venezuela: Caracas, Mérida y El Tocuyo. Durante este encuentro, las comunidades se reunieron para adentrarse en el tema central de este año: "La fe, cumplimiento de la razón". En esta ocasión, se buscó explorar cómo la experiencia cristiana ensancha nuestra razón y comprensión del mundo.

Para enriquecer esta reflexión, se invitó a varios miembros de la comunidad a compartir sus testimonios, brindando una visión concreta de cómo la fe puede transformar nuestras vidas y nuestra manera de entender y vivir la realidad.

A lo largo de la JIA, se destacaron tres factores fundamentales que dan forma a la experiencia cristiana. En primer lugar, está el encuentro con un hecho objetivo, independiente de la persona que lo experimenta. Este hecho se manifiesta en la comunidad cristiana, donde la voz de la autoridad y la comunión tangible son criterios fundamentales para comprender su realidad existencial. Como mencionó Aimara Morales en su testimonio: "Encontré en la comunidad un refugio de amor y una guía segura para mi vida".

El segundo factor es la capacidad de percibir adecuadamente el significado de este encuentro. La experiencia trasciende el alcance de nuestra conciencia, y es necesario el don de la gracia para comprender plenamente su profundidad. La gracia de la fe permite una mirada más aguda y una comprensión ampliada de la realidad excepcional que nos enfrentamos. Como expresó José Luis Chacón en su testimonio: "Descubrí la gracia de la fe como una luz que ilumina mi camino y me ayuda a comprender el propósito de mi existencia".

Por último, está la conciencia de la correspondencia entre el significado del hecho objetivo y el significado de nuestra propia vida. Reconocer la conexión entre la realidad y nuestra persona es fundamental para experimentar un crecimiento auténtico. Esta conciencia nos impulsa a buscar una coherencia entre nuestra fe y nuestro destino. Como compartió María Delgado en su testimonio: "La experiencia cristiana me ha llevado a comprender que mi vida tiene un propósito mayor y que cada decisión que tomo debe estar en consonancia con mi fe".

Además, durante la JIA, Deisy del Tocuyo compartió su testimonio, afirmando: "La fe ha sido un faro de esperanza en mi vida. En medio de las dificultades y los desafíos, he encontrado consuelo y fortaleza en la comunidad de CL. La fe me ha ayudado a comprender que no estoy sola y que Dios está presente en cada momento de mi existencia. Me ha dado la confianza para enfrentar los obstáculos y perseverar en mi camino hacia la plenitud".

Estos testimonios personales, junto con la reflexión sobre los tres factores mencionados, nos invitan a considerar cómo la fe puede iluminar y ampliar nuestra razón. La experiencia no se reduce a una mera creencia, sino que implica un encuentro vivo con una comunidad, una percepción profunda del significado y una conciencia de la correspondencia entre nuestra existencia y la realidad. Así, nuestra fe se convierte en un faro que nos guía en el camino de la comprensión y nos impulsa a vivir de manera coherente con nuestras convicciones más profundas.

En resumen, en la JIA de este año, a través de testimonios conmovedores y reflexiones profundas, hemos descubierto que la fe no solo trae consuelo y esperanza, sino que también nos desafía a ampliar nuestros horizontes y a vivir de acuerdo con la verdad que hemos encontrado.

Aquí podrás acceder a los testimonios que se dieron en la JIA:

Testimonio de María Delgado

Testimonio de José Luis Chacón

Testimonio de Aimara

Testimonio de Deisy