La esperanza que asombra: Mi encuentro con Comunión y Liberación

Simón comparte su experiencia con Comunión y Liberación. Desde su primer acercamiento al movimiento hasta su regreso años más tarde, descubre cómo la fe, el arte y la fraternidad han transformado su vida.
Simón Noguera

Hola, para los que no me conocen, soy Simón Noguera, en este momento vivo en Mérida, y se me sugirió si podía dar mi testimonio en relación a mi decisión de adherirme a este movimiento fraterno de Comunión y Liberación.

Mi historia con el movimiento comienza aproximadamente en el año 2002, cuando mi hermana Marianela, me invita a ir a las reuniones de la fraternidad con sus amigos de Mérida.

Recordando anécdotas de ese primer acercamiento al movimiento, en ese año, asistí a las Escuelas de Comunidad donde un día se discute la organización para una caritativa para la Fundación Don Bosco, al estar presente en ese diálogo, propuse que podía realizar un acto para los niños de la Fundación. El movimiento de esa época en Mérida me dio su aprobación y confianza, y contacté a un amigo con el que ya había trabajado previamente en un espectáculo de Mimos.

Nos encaminamos en ese reto. El día de la caritativa en la Fundación Don Bosco, los primeros que llegamos fuimos mi amigo Juan y yo, estudiamos en silencio con base en la casona cómo podríamos lograr de la mejor manera nuestra presentación y así lo hicimos; mantuvimos en secreto el misterio de ese acto, ni los niños ni los compañeros de CL sabían que iba a suceder. Así comenzó todo, ya reunidos todos en la sala que seleccionamos con música adecuada, entra mi amigo Juan convertido en Mimo con su vestuario y colorido con un morral tipo chorizo en los hombros, llega hasta el centro de la sala al frente de todos y coloca el morral chorizo en el piso. Al crear atención y expectación ante ese objeto, lo toca y le da un empujón y el chorizo sigue rodando por inercia rompiendo la lógica. Solo deja de rodar cuando él lo frena con la mano y se detiene. Un momento de Magia, Alegría e Ilusión para los niños de la Fundación y para todos los presentes. ¿Cómo es posible eso que estamos presenciando? El mimo abre la cremallera del chorizo y saca un brazo, y luego una pierna, y todos los presentes asombrados por lo que presencian, le coloca ligas en sus brazos y piernas y termina de sacarlo del morral y soy yo convertido en títere que comienzo a interactuar con los niños movido por las cuerdas amorosas de mi creador. Fue un día que recuerdo con suma dulzura y agradecimiento hacia Dios por haberme dado la oportunidad de crear un instante de arte tan puro e ingenuo donde todos los adultos que presenciaron eso también fueron niños asombrados y disfrutaron la presentación.

Después de esa colaboración en esa caritativa, podría decir que me alejé del movimiento, por cosas humanas que en el momento no me dí cuenta y no entendí que debía trascender y que no tenían nada que ver con mi relación y diálogo con Dios y la Virgen.

Sin embargo he continuado mi camino hacia Cristo.

Hace dos años conocí a una valiosa mujer disfrutando de ejercicios al aire libre, y me conecté con ella y que actualmente es mi compañera, al tiempo me comenta que pertenece a Comunión y Liberación de Mérida y le dije que yo también había tenido un acercamiento con el movimiento hace muchos años, nunca me presionó para volver. Este año me comentó que iría a los Ejercicios de la Fraternidad y me envió el pendón que decía: “La esperanza, dice Dios, si que me asombra”. Esa frase me llamó y sentí que debía ir y así lo hice. Me llenó mucho, esta vez desde otro punto de vista, mi madurez. CL me llama por la libertad que me proporciona, Cuando otros cuestionan el arte, el movimiento está llena de ella, a nivel de música, pintura, escultura, y no sola la clásica o del siglo XX, también la actual, el método de Don Guissani de involucrar a Poetas para hacernos dar cuenta que Dios está en sus palabras es algo que tiene un valor incalculable y palpable para mí, poetas que han sufrido y dudado de la vida, Guisanni acoge sus escritos y nos los muestra. Nos habla de directores de cine y de sus obras, artistas todos que a pesar de sus decisiones y gustos, no los denigra ni los condena, sino que los resalta por sus obras. Esto me está llevando cada día a darme cuenta de mi relación y que mi camino junto a Dios demanda de mí más silencio y observación de las cosas simples que la vida me ofrece y menos cuestionamiento y crítica hacia los que me rodean.

En fin, aquí estoy querida familia, sincero, me siento libre de compartir con ustedes, sin máscaras y principalmente en compañía de Dios que me seguirá guiando para dar sin intenciones ocultas, para finalizar deseo citar a don Giussani acerca del sentido religioso:

“El sentido religioso se sitúa en el nivel de la experiencia elemental de cada hombre, en el que el yo se plantea preguntas acerca del significado de la vida, de la realidad, de todo lo que sucede”.