La ARAL, un espacio para educar la fe

Ylenia reflexiona sobre el sentido de la ARAL a partir de lo que vivió en compañía de otros que comparten su camino.
Yilenia Parada

La ARAL un gesto de CL por el cual parto desde el agradecimiento a Cristo por la forma que hizo que aconteciera. La ARAL una experiencia que, como cada gesto del movimiento CL, marcó esa constante que debe existir en educar mi fe reconociendo que Cristo acontece todos los días en nuestra realidad; aprendiendo a reconocerle avivo mi yo y a través de esto constituyo, entiendo, obedezco a su llamado de ahí surge el sentido del llamado y de este la misión.

Es tanto lo que nutre la ARAL que resumirlo no es fácil, para mí escuchar los testimonios era con cada uno absorber más aquello que me mostraba, como respondiendo a mi pregunta ¿De qué se trata la ARAL? concluyendo luego; la ARAL es una hermosa muestra de cómo hemos venido todos a reconocer el acontecimiento de su presencia en nuestras vidas; un encuentro en el que el señor me muestra el sentido del llamado a
través de muchos, a través de la comunionalidad.

Más allá de lo sentimental y lo conmovida por cómo surgió todo para poder estar y luego ya todo un hecho estar ahí, para mí la síntesis de la ARAL fue un punto valiosísimo, que despierta, que me abre la mirada de los pasos a seguir; a través de la síntesis surge el pensar ¿Qué más puedo hacer? La síntesis retoma o reúne todo aquello que da el sentido por ejemplo de un trabajo de escuela; de la caritativa que es como lo dijo Paccosi, “La
caritativa nos educa en la obra de caridad gratuita, dedicar nuestro tiempo libre a ella nos educa”; el sentido de Huellas; todo esto me hacía comprender que como corresponsables a reconocer para qué hemos sido llamados y que no puedo detenerme; el llamado es a seguir; a que surjan más preguntas y a continuar … Entendiendo que la fe me lleva a vivir
la misión.