Desde que conocí al movimiento, lo primero que me impactó fue el cuidado de los detalles. Todo estaba preparado, planificado, organizado y dispuesto para que todo saliera de la mejor manera posible.

Los cantos en distintos idiomas, con letras profundas que te ayudan a conectar con eso que estás buscando y que además son una evidencia sencilla de la universalidad de la Iglesia, son otra cosa que siempre me han impresionado.

Los hermosos lugares de encuentro, rodeados de bellos paisajes, instalaciones para disfrutar, habitaciones confortables y buena comida, un verdadero privilegio en un país en el que abunda la precariedad.

Así fue como conocí al Movimiento CL en las Vacaciones en Choroní en el año 2015. Hace ya 8 años.

Por la fuerte crisis económica que atravesamos y luego la llegada de la pandemia no habíamos logrado tener, desde aquella vez, vacaciones nacionales en las que nos encontráramos las 3 comunidades: Caracas, Mérida y El Tocuyo.

Este año, con mucho sacrificio, se logró. Nos volvimos a encontrar para disfrutar nuestras vacaciones comunitarias. Sin embargo, las condiciones fueron muy distintas. Esta vez, el lugar de encuentro fue un campamento en Bejuma, Edo. Carabobo que había estado cerrado durante 3 años y estaba apenas retomando operaciones por lo que se encontraba en condiciones bastante precarias. Pero nosotros también habíamos cambiado. En estos días pudimos notar que ya no somos los mismos.

Ni la condición de las camas, ni las comidas, ni el racionamiento de agua nos determinaron. La disposición a estar, disfrutar y valorar el estar juntos de nuevo se sobrepuso a todo lo que podía generar alguna incomodidad.

No es poca cosa reconocer el valor de nuestra compañía.

No es poca cosa reconocer nuestra amistad como una gracia que nos ha sido dada.

No es poca cosa que las personas nuevas, invitadas, se sientan recibidas y abrazadas desde el primer momento.

No es poca cosa que nos sintamos llamados porque somos amados.

Siento que en estas Vacaciones CL - Venezuela 2023, hicimos visible, tangible, palpable el título, que al principio podía resultar un poco abstracto. Y es que sólo haciendo un juicio es que encontramos el verdadero valor de las cosas y es así como las circunstancias no nos determinan porque entendemos que no es obvio estar ahí, y que más bien la invitación es a no distraernos y quedarnos en lo anecdótico sino a estar muy atentos para poder apreciar lo que Él hace acontecer entre nosotros.