«Le pedía mucho al Señor que me curara la hernia »

En medio de una crisis hospitalaria Javier se operó de una hernia y este fue su testimonio en el retiro de adviento.

Hola amigos, espero que estén disfrutando de este encuentro.

Estando en casa de reposo, luego de haber sido operado, me parece un milagro. Cuando me salió la hernia hace como cuatro años veía muy difícil poder operarme por las circunstancias en que estamos los venezolanos ahora, sin contar con un seguro de hospitalización, con los costos tan altos y los sueldos tan bajos. Así que dejé pasar el tiempo pensando que podía vivir con la hernia, pero poco a poco fui sintiendo que necesitaba curarme eso. Luego llegó la pandemia y tuve que olvidarme de operarme durante ese tiempo.

Le pedía mucho al Señor que me curara la hernia. En el mes de octubre pasado Yilenia me informó que en el seguro estaban haciendo nuevamente los operativos quirúrgicos, ella me consiguió una cita y fui a hablar con el médico quien me dijo que para este año no había cupo, que estuviera pendiente de solicitar número para que me operaran el año próximo entre enero y febrero; sorpresivamente unas semanas después, un martes en la mañana, me llaman del seguro y me dicen que si llevaba los exámenes al día siguiente me podían operar el jueves.

Salimos como locos a correr con eso, Sandy me dio el dato de dos doctores que hacían dos de los exámenes que me pedían, gastamos lo que no teníamos pero pude llevar todo el jueves, sin embargo, el cupo se lo tuvieron que dar a un señor que tenía una emergencia. Me dieron nueva fecha para el 22 de noviembre, me presenté nuevamente pero no me pudieron operar porque no había oxígeno, tuve que hablar otra vez con el médico para que me fijara otra fecha, finalmente llegó el día de la operación. Una amiga me ayudó a conseguir la mayoría de los insumos, fue poco lo que tuvimos que comprar.

El día de la operación estaba muy asustado, aunque decían que era una operación sencilla, siempre hay un riesgo y de hecho, allá en el seguro conocimos a un señor de 72 años que fue operado de hernias en octubre y todavía está hospitalizado porque agarró una infección y se le ha complicado todo. Bueno, cuando estaba en la mesa operatoria me sentía agradecido realmente con El Señor, todo el tiempo que pasé en el seguro estuve orando mucho y realmente la oración me hizo sentir acompañado.

Además de la presencia de Lila y Enmanuel, sentí también el apoyo del grupo de escuela que me daba ánimo y me decía que estaban orando por mí, así como de los compañeros del trabajo. Luego de la operación sentía mucho dolor, tanto en la espalda como en la herida, le ofrecí al Señor ese ese dolor por varios motivos, por mi familia, por el grupo de escuela para que creciera en la fe y por mi conversión, pero lo que sí quiero resaltar es como en todo momento sentí que el Señor estaba conmigo, cuidándome y respondiendo a lo que tanto le había pedido: curarme de la hernia.

Algo que me llamó la atención en el Seguro, fue la mística profesional de algunas personas: una señora que hacía la limpieza y que se esmeraba en trabajar con calma, moviendo los muebles para limpiar bien y con buen humor; una enfermera que entraba a la habitación con un chiste, a cada uno de los pacientes le tenía que decir algo cómico e incluso cantaba constantemente, muy dedicada, transmitía alegría a los pacientes, escuché decir a los camilleros que ella había sido religiosa; algunos médicos residentes que trataban a los pacientes con cariño y mucha mística. Pero también está la otra cara: una señora que entró a limpiar con cara de pocos amigos, no movió ni un solo mueble, coleteaba golpeando las camas sin ninguna consideración; un médico que estaba atendiendo a un señor mayor y trataba con brusquedad a los familiares, los regañaba y no los dejaba hablar.

Viendo esto me preguntaba ¿Qué hace que una persona sea de una manera o de otra? La respuesta me la dio el Papa Francisco al hablar de Don Giussani: Había intuido –no solo con la mente, sino con el corazón– que Cristo es el centro unificador de toda la realidad, es la respuesta a todas las preguntas humanas, es la realización de todos los deseos de felicidad, bondad, amor y eternidad presentes en el corazón humano.

Javier Gómez, Mérida.