Sabrina, Lila y Francisco durante la audiencia con el Papa

«Todos mis amigos y hermanos estaban conmigo en la audiencia»

Lila, responsable de la comunidad de Mérida, viajó a Italia para presenciar la audiencia de CL con el Papa, este es su testimonio.

Amigos, quiero contarles lo que me ha pasado, es tan grande e importante en mi camino que sólo poniéndolo en común puedo entenderlo, esto fue lo que hable con el padre Leonardo Marius, antes de regresar de la audiencia del movimiento con el Papa Francisco.

Me llamo Lila Moncada, vivo en la ciudad de Mérida Venezuela, docente jubilada de educación especial. En el mes de septiembre fui invitada para asistir a la audiencia del Papa Francisco con el movimiento por celebrarse el centenario de nuestro fundador, Don Giussani.

En esta historia, les cuento que cuando uno pone todo en manos del Señor, ocurren las cosas mas asombrosas y maravillosas. Tenía grandes dificultades para renovar el pasaporte debido al costo del mismo, que para nosotros los que dependemos de un módico ingreso económico en Venezuela, es muy difícil tener el monto requerido, fue necesario ponerlo en común y con el apoyo de mi familia, entre 3 personas logre sacarlo, con el pasaporte en mano llego la gran sorpresa, la invitación a la audiencia. Solo la invitación era lo mas grande, no lo podía creer. Rápidamente con el padre Leo y los amigos organizamos el viaje, Sabrina Di Scipio y yo iríamos por Venezuela.

Salimos de Venezuela el 13 de octubre rumbo a Madrid, luego de Madrid a Roma, el 14 en la noche estábamos en Roma, muchos de los que estaban en el vuelo estarían también en la audiencia. El día 15 llegamos a la audiencia, desde la entrada a la plaza San Pedro, la multitud era asombrosa, rostros que mostraban una sonrisa y una alegría nada casual, familias completas, adultos, niños, personas con discapacidad, sacerdotes, un pueblo caminando juntos. Todos estábamos allí, traídos por alguien más grande, siguiendo un llamado.

Mi corazón no podía creerlo, al llegar con mi amiga Sabrina, a quien agradezco profundamente su compañía, escuchamos los cantos que hacemos cada uno en nuestros momentos de encuentro, la diferencia era que esta vez lo cantábamos todos los que estábamos allí, nadie estaba intentando que su voz sobresaliera más que los demás, eran hermosos, siguiendo lo aprendido y deseando hacerlo de la mejor manera. Caminando, buscando a mi hijo José Francisco que también estaba allí con la comunidad de España, no lográbamos ubicarnos, era una mezcla de alegría, celebración y gratitud. Logramos reunirnos con José Francisco y nos sentamos a vivir la maravillosa ocasión que se nos daba. Allí escuchamos como el Papa hablaba de nuestro fundador, padre, maestro y ejemplo para cada uno de nosotros, así mismo ser testigo de la misión tan importantes que tenemos y lo que nos encomiendo el Papa Francisco: ”…llevad en el corazón el don de vuestro carisma y de la Fraternidad, porque todavía puede hacer florecer muchas vidas…”, entre todo lo que escuchamos allí, no quiero olvidar que Él nos habló como un papá habla con sus hijos, desde el amor a la razón.

Tenemos una gran misión, que inicia por cada uno de nosotros, por mí, por Sabrina, cada uno de nosotros somos quienes debemos ponernos en manos del Espíritu Santo, poner el día a día en Sus manos y por Él. Todos mis amigos y hermanos estaban conmigo en la audiencia, allí estaban presentes en mi petición y agradecimiento.

Regresé a Venezuela, luego de una gran experiencia y veo que en este tiempo hemos crecido tanto, seguimos aprendiendo, tratando de vivir el carisma y ser adultos en la fe. También gratitud porque compartí con mi hijo, su esposa y la suegra en Madrid, se dio el gran momento de conocer a nuevos rostros de CL en Madrid, que de ahora en adelante son parte de mi historia, somos un pueblo que camina por el bien y con el amor del resucitado.

Quería regresar a mi país, para compartir lo vivido y seguir adelante con lo encomendado, seguir luchando con la mirada puesta en la conversión y la oración. Siento una gran gratitud con el Señor que me regala esta Fraternidad que me ayuda a seguir adelante.

¿Qué más puede esperar una persona en una Venezuela en el mes de noviembre 2022?… Que el Señor vuelva a nacer en cada uno de nuestros corazones.

Lila Moncada, Mérida, Venezuela.