Aimara Morales

Falta de sentido ¿Para qué vivimos? - JIA 2019

En ocasiones suceden cosas que nos obligan a reiniciar nuestras vidas o al menos a vivirla de una manera distinta. El testimonio de Aimara nos invita a hacer las cosas con significado
Aimara Morales

Este año perdí a mi mamá en el mes de febrero de una manera inesperada. Se enfermó de repente y yo no tenía ni idea de que estaba a punto de perderla. Seguí con mi trajín y con mí manera de hacer las cosas.
Estuve con ella en sus días de hospitalización pero sin la consciencia de que esos serían nuestros últimos momentos juntas.

Una noche la pasamos rezando la coronilla de la Divina Misericordia... me recuerdo buscando en Internet el modo de rezarla para poderla acompañar.
Estuve con ella hasta el jueves 21 de febrero al mediodía y falleció ese mismo día a las 2:00 p.m.

A veces pienso que mi mamá me cuidó a mí aun cuando era yo quien pensaba que la cuidaba porque no tuve que lidiar con el momento exacto de su partida en un entorno tan hostil como es un hospital.

Su partida me hizo cuestionarme muchas cosas. Y una pregunta que se me repitió con mucha insistencia fue ¿para qué vivimos, por qué vivimos? No puede ser que la vida pase y no pase nada.

Aimara junto a su mamá e hija

En vida le critiqué y le peleé muchísimo que todo lo resolviera rezando, ahora pensar en su devoción para rezar me hizo entender que ella tenía una claridad que yo no tenía: su confianza plena en la oración. Esto me ha hecho hacerlo de manera más consciente desde su partida. Da miedo saber que ya no la tengo para que rece por mí, así que me toca asumir con más responsabilidad eso que antes le delegaba... Siempre le pedía que rezará por cualquier situación particular que me generara algo de angustia.

Verla partir joven me ha hecho preguntarme también por qué vivo y tener más consciencia de lo corta que es la vida y por eso procuro que las cosas que hago no sean meramente operativas sino que tengan significado, que sean ocasión de encuentro, de crecimiento, de aprendizaje, que generen valor para mí y quiénes me rodean.

Descubro entonces que el futuro no me aterra, me entusiasma y me motiva a vivir intensamente el presente.

Caracas, 2019.